Dicen que la cultura es el camino que hace nobles a los pueblos y que quien no recuerda su historia y además arrasa con ella, está condenado a repetirla y pierde todas sus memorias, patrimonio y valores.
Haciendo seguimiento al tratamiento de la cultura en Envigado hemos encontrado que realmente adolece de un tratamiento adecuado, está atada a vaivenes políticos y no cuenta con profesionales idóneos, salvo unos pocos que no son considerados en sus saberes. Es importante recordar que, aceptar un trabajo para el cual no se está preparado académicamente o sin que se pueda comprobar experiencia, también es corrupción. De eso están llenas muchas dependencias municipales, porque prima el ‘padrino’. Buena parte de contratistas son cuotas políticas, sin preparación, ni hoja de vida que respalde su accionar en el cargo, mucho menos actitud para hacer lo correcto.
Pero volvamos a cultura. ‘Despolitizar’ la cultura significa sacar la dimensión del desarrollo más importante de cualquier municipio, la cultura, de la influencia politiquera que sólo la sume en acciones cargadas de falta de voluntad, de mediocridad y de desidia que no permiten que las cosas avancen. ¿Ilusos nosotros como medio de comunicación? Puede ser. Pero la cultura de Envigado merece salir de ese remolino politiquero que no deja avanzar los procesos. No todo debe responder al ‘padrino político’, es más, no debería haber padrinos políticos (lo sabemos, sí, suenan risas de fondo), especialmente concejales, sin quienes no se mueve nada en la Secretaría de Cultura (en otras también, pero hoy hablamos de Cultura). Las asignaciones de los contratos, la realización de actividades, las investigaciones, el patrimonio, los planes, los indicadores, no pueden estar sujetos al capricho político. Así no se beneficia la cultura, mucho menos los envigadeños.
Un reconocido curador nos decía hace unos días que para solucionar el tema de Casablanca había que despolitizarlo. Porque no, no es el Ministerio de Cultura el culpable de las demoras en el trámite de adecuación de la casa, como repite de manera incesante el alcalde, Braulio Espinosa Márquez. Es la falta de voluntad política en la que están sumidos los trámites. A veces, (ojalá estemos equivocados y lo advertimos hoy 22 de mayo de 2023) pareciera no interesarles avanzar, con el argumento de que Débora Arango no es sólo esa edificación. Pareciera que esperan que la casa se vaya apagando y deteriorando en el tiempo, para luego decir, ah, se cayó, ¡qué vaina! Desde este medio de comunicación tenemos claro que #DéboraArangoesCasablanca y como tal, seguiremos insistiendo.
Vergonzoso, por ejemplo, que la plataforma web presentada esta semana, supuestamente como nueva e innovadora, para acceder a la información sobre patrimonio, sea la misma que cuestionó, en febrero de este año, mediante Derecho de Petición, la periodista Ana María Quijano Restrepo. Por su queja, el portal fue bajado de Internet (supuestamente) para hacerle ajustes de forma, de redacción y ortografía. Cumplido el evento de presentación (no se dice lanzamiento), revisamos el novedoso portal y ¡oh sorpresa!, no sólo era el mismo que la colega pidió que bajaran sino que conservaba los mismos errores. Por otro lado, nos informaron que el funcionario a cargo del asunto en la Secretaría de Cultura aplazó, dilató y no atendió las recomendaciones para ajustar esa web y, a última hora, consideró mejor subir la misma que había (con errores, reiteramos), “porque ya no había tiempo”. Mediocridad nivel máximo, pero además, una burla a la institucionalidad para la que trabaja, la Secretaría de Cultura, a la Alcaldía, al mismo alcalde y, por supuesto a la ciudadanía, que paga su sueldo con los impuestos.
Y así, podemos mencionar varios casos: de convocatorias ya asignadas por instancias nacionales, que se han perdido, por pereza de hacer o ejecutar; de acciones a medias o que no se hacen porque responden a inquietudes de ciudadanos que son de oposición política o críticos; ni se diga de las solicitudes mal diligenciadas, sin el rigor profesional que se requiere, para trámites ante el Ministerio de Cultura, justamente por falta de conocimiento, de experticia o de incomprensión técnica del proceso y retrocesos que, a veces, parecen desidia a propósito para que los trámites no se muevan. Ni qué decir de la soberbia de llevarse un punto, de no ceder a sugerencias, recomendaciones, llamados de atención de la comunidad o de medios de comunicación como éste, por ejemplo, de hacer cubrimiento de la fachada de Casablanca, asunto que el MinCultura ya avaló y hasta dijo que era necesario.
En fin, son muchos los manejos politiqueros que atrancan el avance de la cultura en Envigado y que tal vez no cambien. Lo que sí les decimos es que estamos pendientes, investigando y haciendo seguimiento permanente a estos temas, confrontando fuentes y revisando documentos, con el mayor profesionalismo y rigor periodístico que nos caracteriza, además en defensa de la verdad y de una adecuada inversión de los recursos públicos. Todo, como parte de nuestro deber con la ciudadanía que nos sigue y es nuestra principal razón de ser.
Ñapa: Una denuncia se publicó en redes el fin de semana: en la Institución Universitaria de Envigado (IUE) se habrían perdido 4.900 millones de pesos, debido a un supuesto delito informático. Las denuncias, que son muy graves, dicen otra cosa (el dinero sería un cheque firmado por la rectora a una entidad fantasma en un país asiático). Lo más preocupante es el comunicado de la IUE, en el que se afirma que “esta situación no coloca en riesgo la estabilidad financiera y administrativa de la entidad”. No sabemos. No son dos pesos, ni la IUE es una tienda de barrio, en la que los recursos, públicos además (o sea, nuestros impuestos), puedan ser manejados sin explicar y sin rendir cuentas. El supuesto delito informático fue entre el 24 y el 28 de marzo y apenas se conoció el 20 de mayo (y eso, porque salió la denuncia). A esta historia le falta un pedazo y tanto la IUE como la Alcaldía de Envigado deben dar explicaciones.
