Colaboración por Faber Cuervo*
Los usuarios de la biblioteca José Félix extrañan el horario de atención hasta las 5:00 de la tarde. Desde hace dos semanas va sólo hasta las 2:00. La comunidad necesita los servicios en consulta, salas infantil y de discapacidad. La lectura, la recreación, la rehabilitación, son necesidades humanas primordiales. Una biblioteca en el centro del municipio es un oasis de contemplación, un restaurante para el espíritu, un hospital para las facultades reducidas.
Sin contrato, sin presupuesto, sin adquisición de nuevos materiales, sin reemplazo de cinco profesionales que renunciaron, con apenas tres empleados atendiendo dos pisos, la biblioteca aguanta una tormenta que hace temer por su sobrevivencia.
La biblioteca, que cumplió 73 años atendiendo generaciones de estudiantes y lectores, ha sido la obra más relevante creada y administrada por la Sociedad de Mejoras Públicas –SMP- en sus 103 años de historia. Sin la biblioteca, la SMP pierde su razón de ser, su visión estatutaria de servicio al desarrollo cultural y cívico. Los ideales y objetivos por los cuales nació fueron paulatinamente copados por entidades públicas y privadas sin ánimo de lucro. La biblioteca es la gran bandera de la SMP. Para pervivir como institución, la SMP tiene el reto de no dejar morir su estandarte.
La junta
El pasado 9 de octubre, la Asamblea General de la SMP eligió nueva junta directiva así:
Presidente: Manuel Alberto Lema Fernández
Vicepresidente: Héctor Mario Hurtado.
Secretario: Juan Rafael Gómez, director de La Piedra de La Ayurá.
Vocales: Orlando Morales y Elvia Montoya.
Todos ellos han tenido vínculos con la cultura, sea como directores o colaboradores de periódicos y revistas locales, como artista o como ex empleada emblemática de la biblioteca.
La nueva junta directiva transmite confianza y esperanza en el objetivo de recuperar y fortalecer la biblioteca. Pretende crear nuevos programas a los usuarios, darle un nuevo aire a sus instalaciones, los que podrían ser escenarios de conferencias, conversatorios, proyecciones de cine clubistas, talleres literarios, torneos de ajedrez, práctica de danzas – teatro – recitales – caricatura-, tecnologías de la comunicación etc.
Debe ser una prioridad
Tenemos la certeza de que el nuevo alcalde, sea quien sea, asumirá como una de sus prioridades el salvamento de la biblioteca. Entenderá que su significado y valor histórico-cultural-educativo no puede borrarse de un plumazo. La José Félix, por su carácter patrimonial, con un archivo de documentos que conservan la memoria histórica de Envigado (periódicos-escrituras notariales-monografías), podría especializarse en material de consulta para universitarios, con el fin de evitar funciones similares a las de las bibliotecas Débora Arango y Otraparte. Se puede convertir en centro de investigación, reforzando su archivo histórico con documentos que sobre Envigado reposan en bibliotecas de Medellín. También podría establecerse el archivo audiovisual con filmaciones, videos, audiciones sobre el pasado del municipio.
Es mejor una biblioteca más que una biblioteca menos. Una ciudad que cierra una de sus bibliotecas para ocupar sus instalaciones con compra y venta es una ciudad que se enriquece comercialmente, pero se empobrece espiritualmente. Este es el mayor fracaso de las ciudades sin norte.
*Investigador cultural
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