Probablemente, de hoy a mañana doña Cruz Elena Romero Castaño empiece a guardar las decenas, tal vez centenares, de piezas alusivas a la Navidad que tiene en su casa del Barrio Mesa. De inmediato, sí, 11 meses antes, comenzará a pensar y a crear qué objetos nuevos tendrá para la Navidad de 2023. Su museo, como lo llama, es una hermosa galería, desde la puerta de entrada, hasta el último rincón del hogar, lleno de botas, Papás Noel, bolas, guirnaldas, corazones, renos y toda clase de adornos que evocan la mejor época del año, según muchos.



Doña Cruz es una enamorada de la Navidad. Lleva muchos años elaborando todo tipo de artesanías y figuras decorativas con esa motivación. Todo, hasta lo más impensable, está hecho a mano. Y es que la vida de doña Cruz transcurre entre sus actividades manuales, a las que dedica buena parte de su tiempo diario y en la vida con su esposo, don Ricardo Guzmán Vargas, quien la apoya organizándole mejor el sitio donde cose, poniéndole una nueva lámpara o adecuándole la repisa donde guarda todos los implementos.



Ella ya perdió la cuenta del número de objetos navideños que tiene y que saca cada año, pero sí afirma que siempre estrena algunos más para cada diciembre. Ya hasta le da lidia encontrar en qué guardar toda su Navidad, pues obviamente, cada año necesita más recipientes o espacio para almacenar.
Por eso, esta semana que guarde todo otra vez, empezará a mirar revistas, ver imágenes de ideas en internet o buscar objetos novedosos para empezar a diseñar, a coser y a adornar con lentejuelas, piedritas y todo tipo de adornos sus próximas figuras para estrenar.



