Imágenes del Viacrucis de la Parroquia Santa Gertrudis, 2022.
Religiosidad, fervor, fe, creencias transmitidas a través de varias generaciones y una devoción difícil de medir, son los valores que hoy acompañan las procesiones de la Semana Santa de la Parroquia de Santa Gertrudis La Magna. Su mayor valor es tal vez la custodia, cuidado, adorno y carga, por parte de reconocidas familias envigadeñas, de los llamados pasos (estaciones o representaciones de escenas bíblicas relacionadas con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo) e imaginería religiosa, alguna muy antigua, traída de Europa.
Dichas familias representan los 23 grupos de pasos (antes llamados cofradías) que cargan los 36 pasos o andas que salen a procesión cada Semana Santa. Se trata de grupos de familias, amigos y colaboradores de la Parroquia Santa Gertrudis, que se asociaron desde los años 40 del siglo pasado para cargar estas escenas. Según el documento denominado Plan Especial de Salvaguardia (PES) de la Parroquia Santa Gertrudis La Magna (2017), cada grupo cuenta con, entre 30 y 40 personas que asumen su labor como “una tradición viva que se ha conservado por generaciones y debe protegerse porque sus propósitos fortalecen la identidad y cultura del territorio que habitan”.
A ellos se suman lo que se conoce como “paleros” o “burreros”, que son niños que cargan los palos o burros que soportan el peso del paso cuando los cargueros hacen pausas para descansar en los recorridos de las procesiones. Son los principales herederos del legado, pues muchos de los que hoy cargan pasos, fueron “burreros” en su infancia, pues son hijos, sobrinos, nietos, primos o amigos de los cargueros.
Aún no es Patrimonio de la Nación
Aunque esta manifestación tiene una declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación, mediante la Ley 1812 de 2016, consultando con un experto en el tema, indica que ninguna instancia o entidad diferente al Ministerio de Cultura está facultada para declarar como patrimonial una manifestación, mucho menos el Congreso de la República. Para este caso, la ley fue primero pero se surtió sin el proceso que debe tener una práctica artística o patrimonial para ser declarada como tal, potestad que, por ley, corresponde únicamente al Ministerio de Cultura. Como quien dice, la gestión se hizo al revés. Aún hoy, pasados seis años de la elaboración del documento del PES (2017), esta manifestación no tiene ninguna declaratoria como patrimonio nacional por parte del Ministerio de Cultura. Más adelante les contamos porqué.
Historia
Dice el PES que “Envigado heredó el catolicismo como creencia religiosa desde el momento en que la Corona Española adjudicó el territorio como merced a Juan Daza, en 1580… Para 1750 la población ya era considerable y su fervor requirió la presencia de tres viceparroquias: Nuestra Señora de los Dolores en el corazón de Envigado, Nuestra Señora del Rosario en Itagüí y San Fernando en Amagá. En 1772 los habitantes de entonces tomaron la iniciativa de solicitar una parroquia propia y atendiendo esta solicitud, el 13 de julio de 1774, el señor obispo de Popayán, Doctor Jerónimo Antonio de Obregón y Mena, nombró a su primer cura, el Pbro. Cristóbal de Restrepo y Vélez, quien celebró la primera misa el 10 de febrero de 1776. Desde ese momento la parroquia Santa Gertrudis la Magna cambió la vida de los habitantes y fue el ente rector de su vida social”.
En 1869 con la llegada del padre Jesús María Mejía, se imprimió más brillo a la Semana Santa y se consiguió buena parte de la imaginería religiosa. Con recursos de los feligreses envigadeños, de Europa llegaron el Nazareno (1874); el Señor del Huerto (1874), el Grupo del Resucitado (1878), el Señor del Triunfo (1878), el Santo Cristo y su cruz (1892), Nuestra Señora de los Dolores (1892) y San Juan (1892), entre otras. También empezaron a aparecer imagineros locales u otros que llegaron y se asentaron en Envigado, que trabajaban con mucha calidad (José Andrés Rojas, envigadeño y Tomás Osorio y su hijo Misael). Esto también cualificó las ceremonias de Semana Santa, a las cuales asistían los envigadeños, pero también gente de Medellín, para manifestar su devoción y, además, apreciar el arte religioso.
Las familias de cargueros
Hacia la segunda mitad del siglo XX, se vincularon grupos de familias y jóvenes para encargarse de los pasos, que hasta ese momento venían siendo cargados por hombres convocados por el párroco de turno. Más adelante, el párroco Pablo Villegas convocó a miembros de la comunidad para integrar los grupos de pasos que perduran en el tiempo. Señala el PES que “su visión fue asertiva al pensar los pasos como una responsabilidad que se hereda” (p. 13).
Para esa época, los pasos no estaban completos y entre los sacerdotes Pablo Villegas y Julio C. Jaramillo diseñaron varias de las imágenes que fabricó Pablo Estrada, “un imaginero envigadeño al que el padre Villegas le encomendó la mayoría de los pasos que completarían el Viacrucis: Señor de la Sentencia, Jesús carga la cruz, Simón Cirineo ayuda a Jesús a cargar la cruz, la Primera Caída, la
Segunda Caída, Jesús es clavado en la cruz y Jesús encuentra a su santísima madre. Los pasos se fueron integrando al Viacrucis durante el periodo del padre Pablo, todos fueron costeados por los grupos de jóvenes, en algunos casos la parroquia les hizo un préstamo para lograr cubrir el valor, valor que luego fue pagado mediante cuotas por los comprometidos cargueros”. (p. 14).
La gran fortaleza de esta manifestación es, sin duda, la imaginería, es decir los santos, imágenes o figuras que conforman los 36 pasos. Según el PES, estas andas pertenecen en su mayoría a la Parroquia Santa Gertrudis (19 conjuntos de santos), con imágenes procedentes de Europa y otras nacionales, elaboradas por artistas locales como Los Osorio, Los Carvajal y Los Rojas.
El resto de la imaginería pertenece a los Grupos de Pasos (13 cúmulos de figuras) y fue fabricada en los años 60 y 70 del siglo pasado por imagineros locales como Pedro Estrada y Pedro Radua, un catalán radicado en Envigado. (p. 25)
Orgullo local
La Semana Santa de la Parroquia Santa Gertrudis La Magna es un ícono, ha recogido la ceremoniosidad y el ancestro. Esta manifestación es de naturaleza colectiva, ampliamente reconocida por la comunidad, que convoca desde la creencia religiosa y la fe, tanto de feligreses como de colaboradores y cargueros de los pasos. Dice el PES que “las personas se sienten orgullosas de participar en esta manifestación y es significativa para ellos en la medida en que vincula también a sus familias, …ya que generalmente los fieles asisten en familia a las misas y procesiones y la mayoría de laicos comprometidos, …se vinculan a esta manifestación desde su círculo familiar: padres, madres, hijos, sobrinos, primos, tíos y personas cercanas a las familias se reúnen para tomar parte de la Semana Santa”. (p. 50). Esto es fundamental porque el conocimiento, la memoria y la experiencia que se viven cada año, se transmiten a través de generaciones como “un legado, valor y tradición histórica cultural”. Esta manifestación ya suma cuatro generaciones de conocimiento compartido.
Patrimonio, sí pero aún no Nacional
De valor incalculable y con todos los atributos para ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, es más, con Plan Especial de Salvaguardia (PES) desde 2017, la Semana Santa de la Parroquia de Santa Gertrudis La Magna avanza lentamente en esa declaratoria. ¿Y por qué no lo es aún, aunque está reconocida como tal por la Ley 1812 de 2016? Dice un experto en Patrimonio que el Congreso de la República no está facultado para declarar patrimonio material ni inmaterial, pues no es la entidad competente. El régimen jurídico colombiano del Patrimonio Cultural sólo reconoce como autoridad nacional para declaratorias al Ministerio de Cultura. Ni el Congreso, ni la Cámara de Representantes, ni siquiera el presidente, pueden hacer declaratorias.
Una declaratoria la hace el Ministerio mediante resolución que determina la inclusión de la manifestación en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial (LRPCI), una esa dependencia revisa el PES y lo aprueba. Para el caso de la Semana Santa de la Parroquia de Santa Gertrudis, esta expresión no cuenta aún con esa declaratoria nacional del Ministerio. Hasta el momento, la única expresión antioqueña incluida en dicha lista es la Manifestación Cultural Silletera (mediante Resolución 1843 del 25 de junio de 2015).
La LRPCI y el PES
La LRPCI es “un registro público de información sobre las manifestaciones culturales que cuentan con un PES y son relevantes en un ámbito territorial determinado, por ser representativas de la diversidad y de la identidad cultural de las comunidades portadoras que habitan dicho territorio. Existe una lista en el ámbito nacional y puede existir máximo una lista por cada ente territorial departamental, distrital, municipal o étnico”.
El PES, Plan Especial de Salvaguardia, es “un instrumento de gestión que sirve para guiar la salvaguardia de una manifestación cultural. Dicho instrumento debe ser el resultado de un acuerdo social y de un pacto administrativo. Se elabora a través de un proceso participativo entre todos los actores interesados en la salvaguardia de la manifestación en cuestión, especialmente los portadores y gestores que la practican.
¿Qué sigue?
Que la comunidad, los portadores y integrantes de los grupos de pasos, en conjunto con la parroquia, insistan para que se revise el estado de declaratoria ante el Ministerio de Cultura, si ya el PES está en revisión o si no, lograr primero la declaratoria municipal y con ella, radicar ante el Ministerio. En últimas, hacer lo pertinente para que la manifestación sea incluida en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, cómo única declaratoria válida para que sea Patrimonio Cultural de la Nación.
Si quieren verificar la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y todas las manifestaciones incluidas, aquí está el PDF más actualizado del Ministerio de Cultura (2022):
En 2022, esta fue la nota que realizamos sobre el Viacrucis, que volvía a las calles, luego de la pandemia por Covid19: