Por Jaime Alberto Palacio Escobar*
Una frase del moderador de la tertulia, el maestro Carlos Alberto Rendón Calderón, fue suficiente para que los asistentes al teatro Comfama de Otraparte entendiéramos la trascendencia de la música por escuchar. Con seguridad y mucha complacencia dijo: “observen que hay un piano en el escenario, sólo porque existe este piano es que vamos a poder escuchar desde hoy y por siempre la música del maestro Pedro Pablo Santamaría, músico y compositor insigne del municipio de Envigado”.
Ante un teatro con el aforo completo, en el que la mitad de los asistentes eran jóvenes – para bien de la supervivencia de la música nacional – el maestro Rendón, la presentadora Marcela Valencia, el pianista Lezlye Berrío, el tenor Mauricio Ortiz y el Coro Femenino de Música Polifónica La Cantoría, diseñaron y presentaron una tertulia musical que le permitió a la comunidad de Envigado escuchar una buena parte del repertorio de Pedro Pablo Santamaría para piano solista, piano y voz y piano y coro.
Un hermoso repertorio
Aires como sonatas, danzas, andantes, pasillos y bambucos estuvieron en la programación musical del evento, variedad temática con la que los asistentes pudieron apreciar y valorar la versatilidad, creatividad y exquisita propuesta sonora de cada obra que, con suma maestría el “pianista país” (Lezlie Berrío), como él mismo se autodenomina, las interpretó a los presentes. Ni decir de las piezas para piano y voz: unos poemas muy sencillos e igualmente bellos se engastaron en unas melodías arrobadoras, cargadas de exquisito lirismo, para lograr que una bella voz como la del tenor Mauricio Ortiz las transportara del auditorio al corazón de cada asistente y, de ahí, seguramente a la eternidad.
El repertorio musical de un Pedro Pablo Santamaría se completó con un programa para coro femenino; ahí el compositor mostró que en la conjunción armónica de las voces humanas hay profundos mensajes de convivencia, fraternidad y una profunda convicción de la relación entre la estética de arte musical y el sano vivir. De resaltar que en las piezas para coro, sonaron aires colombianos con una armonización y sensibilidad dignas de cualquier obra del repertorio universal.
El regreso a Envigado
Pedro Pablo Santamaría, que nació en Envigado en 1886 y murió en Medellín en 1960, fue sin lugar a dudas el músico más importante nacido en esa ciudad, sin que la afirmación afecte los merecimientos que desde hace mucho tiempo se le reconocen a Daniel Uribe Uribe. Formado en una familia de músicos, Santamaría desarrolló su técnica y capacidad de creación de la mano de los profesores Gonzalo Vidal -compositor de la música del Himno Antioqueño -, Germán Posada Berrío y Jesús Arriola. Su sólida formación lo llevó a ser reconocido como compositor, director de bandas con varios premios por ello. En su catálogo quedaron para la memoria 120 partituras en total.
Como maestro de capilla, oficio excepcional para conectar desde la música el fervor del feligrés con la exaltación espiritual de la divinidad, se destacó en varias poblaciones y, particularmente, en la iglesia La Candelaria de Medellín.
Un piano, sí, un piano en el escenario de un hermoso teatro, la voluntad y profundo compromiso con el desarrollo cultural de Envigado del maestro Rendón y la participación maravillosa de los músicos invitados, fueron suficientes para que don Pedro Pablo Santamaría volviera a su hogar, su Envigado querido. Desde hace tiempo lo estaban esperando la maestra Débora Arango y el maestro Fernando González para conformar el trío inmortal del pensamiento creativo en el municipio.
*Envigadeño raizal, nacido en 1958. Autor de los libros: Al final de cuentas, qué hacemos en Gestión Humana (2008); La paz laboral, costo o inversión (2012) y Envigadeñas (2021). Colaborador habitual de la revista La Vitrola y de El Envigadeño Medio de Comunicación, publicaciones de Envigado.
