El Barrio es la cantera

Columnistas Opinión

Por Jaime Alberto Palacio Escobar*

Ilustraciones tomadas de Pixabay

En un mural en las tribunas de la mítica y recién remodelada cancha de fútbol del barrio El Dorado dice “Cuna de Campeones”. Por otro lado, en la página oficial del Envigado Fútbol Club hay una imagen con un eslogan que dice cantera de héroes. Es como si en el municipio se diera natural e institucionalmente la generación de futbolistas que convierten el balón en su mejor apoyo para llegar a la cima, ser profesionales.
Bastante sugestivas las promesas, cuna y cantera, ésta última como una fuente inagotable de niños y adolescentes, que quieren hacer del juego con la pelota, la mejor combinación entre la pasión y la profesión y la primera, el lugar natural para acoger y darle cobijo al futbolista en formación. ¿Qué mejor que una cancha para hacer cuna y, entre ellas, la de El Dorado?

Una escuela
Ha existido en Envigado la presunción inveterada durante muchas décadas, que esta es una tierra de futbolistas, dado que hay muchos que llegaron a brillar en el fútbol profesional y en seleccionados nacionales. De esa fuente de ilusión hemos vivido una y otra vez y repetimos incesantemente los nombres de los que llegaron a la cima del fútbol profesional. Lo que valdría la pena recordar, mejor precisar, es que esa fortaleza institucional de hoy, respaldada en la escuela de formación de fuerzas básicas y en un equipo profesional que muchos queremos, no tienen muchos años de vigencia. A la hora de la verdad, la cantera y la cuna, hace unas décadas, no eran más que unas canchas de arenilla y unos torneos locales, casi que inter-barrios, en los que se pudieron apreciar talentosos jugadores hechos en las barriadas y en las mangas improvisadas en los lotes por construir, en los barrios nacientes en el espacio urbano del municipio.

Cantera de héroes
El fútbol en Envigado ha sido eso: una cantera de jóvenes con capacidad y técnica, muchos bien formados en lo personal, otros no tanto. Lo que es de resaltar es que espontáneamente fueron adquiriendo la fama que hoy se pregona. Sí, verdaderos héroes en sus comunidades a quienes todos acompañábamos los fines de semana. Esos cracks lograron lo que otros no pudieron, borrar las “líneas invisibles” que separaban los barrios, algunas veces fuente de violencia callejera, por la intromisión de unos en los entornos de los otros. La cancha de El Dorado, la JJ Jaramillo, la de Grulla, la de los Naranjos eran espacios de encuentro en los torneos oficiales de la liga municipal con equipos barriales y algunos patrocinados por empresas locales.
Muchos de estos jugadores llegaron al profesionalismo con éxito. En mi memoria están los que “me llenaron los ojos de fútbol” como decía el troesma Oswaldo Zubeldía y, entre otros, están en el recuerdo: Henry Alape “La Chita”, Juan Manuel “Sugar” Ortiz, Rogelio Zapata, Johny Aguilar, Jairo y Alonso Taborda “Los Cochos”, Jorge Arroyave “Carro”, Hernán Londoño “Cáscara”, Wilson Londoño, Orlando Álvarez, Nelson Bustamante “Nikima” y Humberto “El Beto” Sierra. Muchos años antes de ellos otros, como Libardo Vélez, Pedro Alzate, Gerardo Moncada y Gildardo Santamaría, por mencionar algunos. También me llegan imágenes de verdaderas promesas que, en el camino, se fueron quedando por una u otra razón e, incluso, porque optaron por otra profesión. Aún siento el brillo de Diego Moncada excelente portero; Guillermo Uribe; Diego Hincapié, “Churchil”; Gustavo Gaviria; Luis Alberto Zapata; el “Pecoso” Uribe; “Puntilla”; Simón de San Mateo; “corbata” del Barrio Mesa; Santiago del Pasaje Jaramillo; el panadero Gómez, de Los Naranjos; Robiro Gómez, convertido con el tiempo en un buen técnico; Darío Buitrago y Carlocho, el del Pájaro Loco.

Los que no alcanzaron a ser
Imposible no recordar con cierto deje de tristeza a unos jugadorazos que pudieron llegar muy lejos por su calidad y técnica depurada. Las veleidades de la esquina, los llamados de la noche, la búsqueda de otras sensaciones, los sacaron del camino del éxito y se malograron para lo que pudieron ser, grandes figuras en el fútbol colombiano. Aquí no dejo de pensar en Hugo Montoya “Conejo”, eximio diez -de los de verdad- y en John Jairo Pineda, a quien comparaban con el célebre Eduardo Retat.
Ayer la cantera estaba en el barrio, hoy está en la escuela de fútbol. En aquella época a los que surgían y descollaban los erigíamos como verdaderos héroes, íconos en su barrio de origen. El desempeño en la cancha casi que era suficiente para tenerlos como referentes comunitarios, aunque algunos en lo personal no fueran exactamente buenos ejemplos. Hoy es a otro tenor, se forman para llegar al éxito, la inversión de familias y empresarios es alta para lograr encontrar los “diamantes” que todos esperan brillen en las ligas profesionales.

El fútbol ha cambiado
Aquí no dejo de pensar que el fútbol como industria está muy lejos de ese sentimiento colectivo en el que por muchos años la cancha del barrio se convirtió en el lugar apropiado para jugar, crecer, convivir, aprender, competir y hasta pelear y todo esto en torno a la pelota de fútbol. Ahí, en el barrio, estaba la verdadera cantera de todos los jóvenes que, al salir de la casa a la calle, o quedaron presos en sus propios límites, o buscaron sus sueños sin cejar en el empeño. Los nombres de los héroes, los mencionados y los que no, están en el recuerdo de los envigadeños como un buen testimonio del inexistente límite entre la pasión y el oficio.

*Envigadeño raizal, nacido en 1958. Autor de los libros: Al final de cuentas, qué hacemos en Gestión Humana (2008); La paz laboral, costo o inversión (2012); Envigadeñas (2021) y 150 años después –Julio Vives Guerra-. Colaborador habitual de la revista La Vitrola y de El Envigadeño Medio de Comunicación, publicaciones de Envigado.

2 comentarios en «El Barrio es la cantera»

  1. Excelente artículo el de » PALA «, me devolvió al pasado cuando nos deleitabamos jugando balompié en la cancha barrial del Barrio Mesa donde pasamos una muy feliz infancia y adolescencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.